TE FUISTE PARA SIEMPRE

  ...PERO SÉ QUE VOLVERÁS.


Y te estaré esperando. El aprendizaje vivido en este algo más de un año ha sido la mayor aventura a la que me he enfrentado, y aún no ha acabado. Noches interminables en sábanas que no son capaces de darme cobijo, como cuando era pequeño y las usaba de "protectora" ante los miedos de la oscuridad. Ya no, te haces mayor, y ellas pierden ese valor tan grande que le diste.

Es curioso cómo nos perdemos en la vida, cuando no somos capaces de darnos prioridad a nosotros. Es curioso cuando creemos que para ser mejor personas tenemos que tratar bien a los otros, pero no a nosotros. Y tal vez sea por darle razón a la sociedad o a nuestros padres, cuando sus consejos nos hacen anteponer otras tareas, personas, acciones, ilusiones, ... a nosotros mismos, a nuestras alegrías, esperanzas e incluso miedos. No es una queja, es una reflexión basada en hechos personales, pero sobre todo, es un pensamiento que se ha vuelto más fuerte en mi interior, sobre todo últimamente.

Llegaste a mi vida, fuiste la luz que no solo alumbraba esta oscura y fría cueva, además dabas calor, solo con tu esencia. no hacía falta que hicieras nada más, solo mirarme, solo abrazarme, solo hablarme con ese tono de voz tan amable y cercano, aterciopelado. Solo hacía falta que te convencieras de que eso era lo importante. "Estar, no hacer". Frase que se repite en mi cabeza como un mantra interminable, tres palabras que me digo cada noche, en unas nuevas sábanas que me han dado la protección que no tenía. Tres palabras que me digo al espejo cada mañana, entre perezosos parpadeos y que están presentes cuando tú no estás, como si fuera un deseo inconcebible, para que regreses.




En las mañanas en las cuáles pienso que hoy no saldría el sol, has estado, empujándome, tirándome de las orejas o metiendo tu dedo en mi nariz. ¡Espabila! Y con la misma serenidad con la que me hablas, levanto la cabeza y avanzo sin pensar en lo sucedido. Sabiendo que voy a cometer errores, algunos repetidos, algunos nuevos,... pero sin arrepentimiento por las decisiones que he tomado. Te vas a equivocar, y te equivocarás siempre, pero cuando lo sepas o te lo digan, no te arrepientas. El arrepentimiento es la losa mas pesada con la que podemos vivir.

Sé "inmarcesible" y no marchites tu "yo interior" por nada ni nadie. El mayor aprendizaje me lo enseñaste tu (yo), gracias por estar (de nada) y por seguir siendo la persona que quieres ser, aunque en algunos momentos te hayas perdido (lo he hecho inconscientemente), pero  sobre todo, gracias por hablarme cuando nadie más podía entenderme (para eso estamos los amigos), por sentarme y hacerme reflexionar con tus preguntas (si, esos "porqués" han sido muy útiles). Gracias por tener la valentía que me ha faltado en muchas ocasiones (recuerda que somos un equipo, tu también tienes culpa de ello).

Gracias mi "yo interior" por no abandonarme, incluso cuando pensaba que me había ido para siempre.

---------

Gracias Raquel Graña, por estar presente en este momento de mi vida y enseñarme que el camino a la felicidad se recorre sólo comenzando en un viaje interior.

Comentarios

Entradas populares