¿Blanco o negro?

...decisiones que aún no llegan.

La vida es decidir. Parece que desde que nacemos estamos predestinados a tomar decisiones, y es que en esta vida, todo lo que hacemos toma un rumbo u otro. Decidir que ropa comprar, decidir que comer, decidir con quien estar, decidir, decidir,... Pero llega un momento en tu vida en que las decisiones pasan a otro ángulo.

Tomar decisiones, y que sean correctas, es una virtud, es una quimera. Realmente no existe la decisión correcta, sino, tal vez, la decisión más o menos acertada, según por donde y quién lo mire. Ahora toca elegir, y no es fácil cuando no sabes que consecuencias pueden haber tras la puerta número....

No entiendo porque nos martirizamos tanto con las decisiones. Yo, una vez, hace 27 años, tome la decisión de salir a la vida, abrirme paso hacia lo desconocido, y arriesgarme a encontrarme en un mundo diferente al que, hasta entonces, conocía. Quise descubrir en primera persona lo que era vivir. Y, la verdad, es que esa decisión fue la aceptada.

¿Por qué sufrimos cuando tomamos decisiones? Creo que es por nuestra inseguridad. Tal vez seamos poco capaces para afrontar consecuencias, ¿no? O tal vez pensemos demasiado en una mala consecuencia. ¿Y el positivismo?...

Decidir no sólo quiere decir escoger, quiere decir aceptar. Aceptar lo que se nos viene encima, aceptar que nos hemos equivocado, aceptar que hemos hecho lo correcto y alegrarnos. Pero alegrarnos de verdad, simplemente porque hemos elegido. Lloyd James dijo una vez: "Los hombres que intentan hacer algo y fracasan están , definitivamente, mejor que los que intentan no hacer nada y lo consiguen".

Tenemos el poder de decidir, de cambiar, de girar y dar media vuelta. Tenemos las ansias de corregir lo que hicimos mal, y las herramientas, la palabra y la mente.

Decidir acertadamente solo está al alcance de los locos. Para ellos todo está bien.